viernes, 11 de junio de 2010

EN CASO DE CURIOSIDAD

Solo si quieres leer un poco más sobre las mujeres que nos han abierto camino en la aviación te dejamos un link que te informará más.

Haz clic aquí y otro clic acá.

jueves, 10 de junio de 2010

Pat Benatar - Shadows Of The Night (Music Video)

Un video que nos muestra toda una época de avance para la mujer, hablando desde mujeres en las industrias hasta mujeres en la aviación.


Hanna Reitsch - First female test pilot 2

Hanna Reitsch - First female test pilot 1

Hanna Reitsch: Mein Leben

(Hirschberg, 29 de marzo de 1912 - 24 de agosto de 1979)
Aviadora alemana célebre por la obtención de varios records deportivos, por su afiliación militante al partido nazi y sus contribuciones como piloto de pruebas en la Luftwaffe.
De familia burguesa acomodada, quizás de apariencia un tanto frágil (1.50 m de estatura y apenas 40 kg de peso), demostró determinación desde muy joven, pues a los 13 años ya soñaba con volar y deseaba ser una doctora misionera voladora.
Estudió Medicina en Berlín y en Kiel. Y realizó cursos en la escuela de vuelo sin motor de Grunen. En ese mismo lugar conoció a Wener von Braun, quien sería el padre de la carrera espacial. Poco tiempo antes de graduarse consiguió el record femenino de resistencia en planeador al mantenerse más tiempo en el aire (5,5 horas).

En 1934 Hanna comenzó a trabajar como piloto de pruebas de la Comisión Alemana para Fomento del Vuelo en Planeador (Deutsche Forschungsanstalt für Segelflug).

En 1936 rompió el record mundial de trayecto en vuelo con planeador para mujeres con 305 km. En 1937 Reitsch fue contratada por Ernst Udet como piloto de pruebas de la Escuela de Pruebas Aéreas de la Fuerza Aérea Alemana, donde se involucró con varios aviones de guerra. Como una de las primeras mujeres del mundo en estos oficios, en ese mismo año fue promovida a Capitán de Vuelo.

Se puede decir que gracias a Hanna, otra aviadora famosa y que le siguió los pasos, la condesa Melitta Gräfin Schenk von Stauffenberg, casada con el hermano del conde Claus von Stauffenberg, futuro conspirador contra Hitler, recibiría (siendo otra pionera) el mismo titulo que Hanna.

En 1937 Hanna sobrevoló los Alpes en un planeador, siendo así la primera mujer en hacerlo. También fue la primera mujer que voló un helicóptero construido por Henrich Focke (el mismo aparato que fue utilizado más tarde para hacer el primer vuelo bajo techo de un helicóptero en 1938). Ganó el record alemán de vuelo en planeador. Y un año después, en 1939, Hanna estableció el record mundial de vuelo direccionado en un planeador.

Como piloto de pruebas, voló en el mismo año para las tropas alemanas de desembarco aéreo y otras pruebas de resistencia de los aviones alemanes.

En 1942 voló el primer avión cohete del mundo, realizo pruebas en la "bomba voladora" (Fieseler Fi-103 V-1) que más tarde sería lanzada sobre Londres.

Se convirtió en una de las promotoras del nacionalsocialismo. Y de este modo, accedió a los círculos íntimos de Hitler, quien la tenía en alta estima.

Se le otorgó la Cruz de Hierro de Primera Clase (siendo la única mujer a la que se le otorgó este premio en la historia de Alemania) y la Cruz de Hierro de Segunda Clase. También se le confirió el distintivo Aéreo Militar de Oro con Diamantes.

Trató de convencer a Hitler de huir de Berlín, recibiendo una negativa de parte de él. Con gran esfuerzo pudo ella huir de Berlín, pues más tarde (en 1945) cayó prisionera de los norteamericanos.

En 1951 publicó su autobiografía titulada Mein Leben (The Sky is my Kingdom).

Después de la Segunda Guerra Mundial se prohibió a los ciudadanos alemanes el vuelo en avión, luego esta prohibición cambió y les fue permitido el vuelo en planeador.

Desde 1954 trabajó como piloto de pruebas en Darmstadt, pero esta vez, para la Comisión Alemana para el Fomento del Vuelo en Planeador.

Hanna Reitsch with two glider pilots.jpg por Ulrika_DA.

En la posguerra, se dedicó a trabajar en varios otros países fundando y dirigiendo escuelas de vuelo. En los años setenta logró establecer nuevos records en diferentes categorías.

Hanna Reitsch murió en 1979 a causa de problemas cardíacos, pero sin nunca haber dejado de volar.

lunes, 7 de junio de 2010

Las mujeres de la Fuerza Aérea, a la vanguardia de la aviación militar



Son innumerables los espacios que ha conquistado la mujer, en su búsqueda por lograr la igualdad y obtener los mismos derechos y oportunidades que los hombres. Algunos trabajos que en un tiempo fueron considerados de exclusividad para el sexo masculino, como los del medio militar, actualmente los están desarrollando mujeres decididas y muy capacitadas, como es el caso de la Teniente Magda Rincón.
A sus 24 años la Subteniente Magda Rincón, considerada en adelante como una pionera en la aviación militar, es el reflejo de la tenacidad y destreza que caracterizan a las mujeres que integran la institución

Durante 4 años permaneció en la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, en donde realizó la carrera de Oficial y se graduó con la especialidad de piloto. En su paso por la Escuela voló diferentes aeronaves como el T-41 y T-34, básicas para el proceso de entrenamiento. Durante su primer año de Subteniente, fue trasladada al Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM) ubicado en Bogotá, en donde se desempeño como copiloto del C-26 Merlín y del CN - 235 conocido como Casa Nurtano
De acuerdo a sus diferentes experiencias en la Fuerza, Cuenta que a pesar de causar impacto cuando los soldados o comandantes descubren que es una mujer la que viene como copiloto de una aeronave, la aceptación por parte de los hombres en general fue positiva.

Este gran paso que dio Magda Rincón, abre las puertas de la aviación militar a nuevas generaciones de jovencitas, que creen en las capacidades de la mujer para realizarse como militares y a la vez como mujeres, madres y esposas.

COLOMBIANAS DE ALTO VUELO







Han pasado ya más de treinta años desde el día en el que el primer grupo de mujeres conformado por siete jóvenes ingresó a la escuela militar de aviación. A lo largo de estos treinta años, la mujer ha logrado incursionar y participar en uno de los terrenos que en un tiempo fueron considerados de exclusividad para el sexo masculino, como lo son los trabajos del medio militar.
La trayectoria de cada una de estas mujeres en la historia no solo nos muestra que las mujeres logran ocupar escalafones más altos cada día, dentro del campo militar, sin obtener el mismo reconocimiento que los hombres, pero no por esto es menos admirable, al contrario cada día las mujeres demuestran el dominio de su rol como mujeres militares y a la vez como esposas, amas de casa, madres, hijas, hermanas, etc.




Ejemplos de libertad y persistencia!!!

Basandonos en estos temas de aviación, mujeres, cielo y demás, hablare en esta publicación de tres ejemplos que se disponen desde el año1910 hasta finales de siglo: Raymonde de la Roche, Amelia Earhart y Valentina Treshkova: (Tomado de varias paginas y publicaciones):
Raymonde de Laroche

En 1910, la baronesa francesa Raymonde de la Roche se convirtió en la primera mujer en el mundo en obtener una licencia de piloto de avión; la estadounidense Harriet Quimby, en 1911, fue la segunda, pero le ganó a la gala en haber sido la primera que voló sobre el Canal de la Mancha, hazaña que cumplió en 1912. Sin embargo, la fama y la gloria no fueron de las mencionadas sino de la estadounidense Amelia Earhart, quien antes que ninguna atravesó el Atlántico en solitario (1932).



Élise Léontine Deroche había nacido en París el 22 de agosto de 1886. Era una mujer polifacética que aparte de actriz también destacaba en el deporte y en las artes plásticas. Con el fin de promocionarse como actriz decidió cambiar su nombre por otro más adecuado a su enorme ambición. Así fue como en la alta sociedad parisina, ya reconocida por su versátil talento, se convirtió en Raymonde de Laroche. Para estar a la altura de su aristocrático nombre necesitaba una buena dosis de publicidad. La aviación causaba en esos momentos un enorme interés. Los aeródromos constituían un centro de reunión muy apreciado por los profesionales del espectáculo, puesto que en ellos podían lucirse y relacionarse mientras admiraban las proezas de los pioneros de la aviación. La joven Laroche calculó que le bastaría con encontrar la manera de asociar su nombre al de un avión para lanzarse definitivamente al estrellato. Ella sólo pensaba en promocionarse como actriz, pero entonces no podía imaginar que esa decisión le haría renunciar al mundo del espectáculo para convertirse en una heroína de la aviación. Dentro de esa 'caja de gallinas' que se elevaba milagrosamente del suelo se sentía como en su propia casa. Era feliz volando. La bella y prometedora artista quedó eclipsada por la temeraria voladora. Así dejó de exhibir sus cualidades interpretativas en el teatro para hacerlo en el cielo.

A Raymonde de Laroche no le asustaba el progreso. Ella conducía su propio automóvil, algo que resultaba sorprendente en 1909, el mismo año en que, gracias al padrinazgo de Voisin, comenzó su aprendizaje aéreo en el campo de Chalons. Era necesario tener mucho valor en aquellos tiempos para ocupar el único asiento disponible en el frágil aparato. Sin embargo, ella enseguida sorprendió a todos por su facilidad para pilotar y, sobre todo, llamó la atención de sus compañeros la tranquilidad que mostró durante su primer vuelo en solitario que efectuó el 22 de octubre de 1909.

Su dinamismo, así como sus indudables dotes de aviadora, sedujeron al Aéreo Club de Francia, que le entregó el carné número 36 el 8 de marzo de 1910. La antigua actriz cuidaba su imagen y se defendía de los ataques que recibía de los hombres que no terminaban de asimilar que una mujer pudiera practicar un deporte de tan alto riesgo; un deporte que creían reservado únicamente para ellos. Incluso su aparato fue víctima de algún sabotaje. A los hombres que ironizaban sobre la capacidad de las mujeres para pilotar, Raymonde de Laroche les replicaba que «el vuelo era muy apropiado para ellas porque no dependía tanto de la fuerza física como de la coordinación mental». Lo demostró participando intensamente en las concentraciones de aviación. En Tours, el 5 de mayo de 1910, fue el único piloto que voló a pesar de las tremendas inclemencias del tiempo. Pocos días después, en San Petersburgo, se clasificó cuarta. El zar Nicolás II quedó impresionado al verla. Esa actuación le valió la condecoración de la Orden de Santa Ana y el título de baronesa que le concedió el propio zar. Lo que empezó como una excentricidad para llamar la atención se convertía en un reconocimiento oficial. Raymonde de Laroche ironizaba con el título que acababa de recibir igual que años antes se había burlado de la burguesía parisina cambiándose el nombre con el fin de entrar en círculos privilegiados. El 14 de junio de ese mismo año de 1910 aguantó en el aire durante treinta minutos y veinte segundos, lo cual era toda una proeza.

La baronesa voladora participó posteriormente en la Grand Semaine d'aviation de la Champagne, en Reims, donde el 8 de julio de 1910 su aeroplano se estrelló sacudido por unas fuertes turbulencias. El accidente le produjo dieciocho fracturas y la obligó a guardar reposo durante varios meses. Volvió a volar en Juvisy, el 11 de febrero de 1912. Laroche era la acompañante de Charles Voisin cuando éste murió en un accidente de coche el 25 de septiembre de 1912. Ella resultó herida leve pero continuó con sus vuelos; primero a partir de noviembre de 1912, en un biplano Sommer, y después, en abril de 1913, en la escuela Farman, donde conoció a Jacques Vial su futuro marido. En 1913 conquistó la corona de reina de las aviadoras al ganar la Copa Femina y seguidamente le arrebató el récord de altitud a la americana Ruth Law al alcanzar los cuatro mil ochocientos metros. La Gran Guerra castigó a Élise Deroche con una tremenda dureza: su marido murió en combate y perdió a su hijo víctima de la gripe asiática.

El 18 de julio de 1919, durante un vuelo de entrenamiento en el que iba como pasajera, el piloto del Caudron G-3 efectuó un looping extremadamente bajo y golpeó el aparato contra el suelo. Élise y el instructor murieron en el acto.

(before Amelia: Women Pilots in the Early days of Aviation. Eileen F. Lebow. Brassey's, Inc. 2002)




Baronesa Raymonde de la Roche, primera mujer en obtener licencia para volar aviones a principios del siglo XIX.





La siguiente en mi lista essss..... Amelia Earhart, ya veran porque es tan importante en la historia de la aviación femenina, hasta pelicula tiene!! :)

Amelia Earhart


(Atchinson, 1898 - Pacífico Sur, 1937) Aviadora norteamericana. Se hizo célebre por ser la primera mujer en realizar la travesía del Atlántico en solitario y la primera persona en volar con éxito entre la isla de Hawaii y el territorio continental de Estados Unidos. Cursó estudios superiores en la Universidad de Columbia (Nueva York) y completó su formación en los cursos de verano de la Universidad de Harvard. Durante la Primera Guerra Mundial sirvió como enfermera en un hospital de campaña canadiense. Posteriormente trabajó como asistente social en Boston (Massachussetts).

Saltó a la fama cuando, el 17 y 18 de junio de 1928, se convirtió en la primera mujer en realizar como pasajera la travesía del Atlántico, en un avión comandado por los pilotos Stultz y Gordon que recorrió los 3.200 kilómetros que distan entre Terranova y Gales. Ese mismo año realizó varios vuelos en solitario a través de Estados Unidos. En 1931 contrajo matrimonio con el afamado editor y explorador George Palmer Putnam, pero decidió conservar su apellido de soltera.

Entre el 20 y el 21 de mayo de 1932 realizó en solitario la travesía del Atlántico. Fue la primera mujer en completar sin acompañantes este peligroso viaje, proeza que no había vuelto a producirse desde el histórico vuelo de Charles A. Lindbergh en 1927. Earhart estableció entonces una nueva marca de velocidad, al alcanzar Irlanda en apenas trece horas y cincuenta minutos. Fue galardonada por el Congreso de Estados Unidos con la Cruz Distinguida de Vuelo, la primera otorgada a una mujer. En los meses siguientes realizó diversos vuelos de costa a costa de Estados Unidos, como el que la llevó de Los Ángeles (California) a Newark (Nueva Jersey). Su celebridad le permitió promover el uso comercial de la aviación y defender, desde una postura feminista, la incorporación de las mujeres a este nuevo campo profesional.

En enero de 1935 llevó a cabo en solitario la travesía entre Honolulú (Hawaii) y Oakland (California), recorriendo una distancia superior a la existente entre Estados Unidos y Europa. Fue el primer piloto en completar con éxito este difícil viaje sobre aguas del Pacífico, ya que los anteriores intentos habían concluido en desastre. A fines de ese mismo año estableció un nuevo récord de velocidad, volando sin escalas entre Ciudad de México y Nueva York en algo más de catorce horas.

En 1937 anunció que intentaría dar la vuelta al mundo utilizando una ruta distinta a la habitual en estas travesías. En efecto, los viajes en avión alrededor del mundo se habían desarrollado, hasta entonces, en cortas etapas a través de los cielos del hemisferio norte. Earhart intentaría, junto a su copiloto y navegante, el capitán estadounidense Frederick J. Noonan, circunvolar el globo siguiendo la línea del ecuador, en un bimotor Lockheed Electra. Iniciaron el viaje el 1 de junio de 1937, volando desde Miami (Florida) hasta Sudamérica; de allí a África y posteriormente a las Indias Orientales.

Tras haber completado 33.000 kilómetros en treinta días, más de los dos tercios de la travesía, su avión desapareció en medio de un temporal el 2 de julio, cuando realizaban la penúltima etapa del viaje, que habría de llevarles desde Lae (Nueva Guinea) a la isla Howland, junto a Australia. La desaparición de Amelia Earhart y de su experto copiloto fue motivo de numerosas y a menudo fantásticas especulaciones, pero hasta hoy día se desconocen las circunstancias del accidente y el lugar exacto donde éste se produjo, aunque se calcula que pudo ocurrir en un punto a 4113 kilómetros de la isla Howland. Poco después de su desaparición, su marido publicó un libro basado en el diario de vuelo del último viaje de Amelia.



Amelia De 7 años, su primera exposicion de aviones fue a esta edad, y aunque en ese entonces no le interesaban los aviones, su curiosidad la la fue llevando siempre hacia ellos.



Generalmente se le veia posando ante su avión de mas preferencia como era el Lockheed Vega de 1927.






Fotos curiosas de Amelia:

Aqui se le ve observando y detallando el radio con el que días despúes se transmitiría su última señal desde el Pacífico.




Esta es una toma del primer intento de partir de Amelia hacia su último destino.




Amelia y su instructora Neta.


Pasaporte.


Y por último pero no menos importante, la primera mujer en viajar al espacio!!!

Valentina Tereshkova



Valentina Vladimírovna Tereshkova nació el 6 de marzo de 1937 en el pequeño pueblo de Maslennikovo, en Yaroslav -unos 200 kms al norte de Moscú- en la antigua URSS (Yaroslav es ahora parte de Rusia). Su padre, Vladimir Aksyenovich Tereshkov, era conductor de tractores y su madre, Elena Fedorovna, trabajaba en la granja. Eran una familia muy humilde. Desgraciadamente perdió a una edad muy temprana (cuando tenía tres años) a su padre que se marchó como tantos otros a la Segunda Guerra Mundial y no volvió, quedando huérfana. El panorama no podía ser peor, ya que Tereshkova tenía otra hermana y además su madre que tan solo contaba con 27 años, estaba de nuevo embarazada (quien daría a luz a Vladimir, su único hijo varón). Y ahora estaban solas, así que tuvieron que trasladarse en 1945 a la ciudad de Yaroslav. Esta situación le llevó a ponerse a trabajar desde muy jovencita, ya que su madre y su hermana mayor hicieron lo propio poniéndose a trabajar en una fábrica de tejidos o telas en Yaroslavl, en la ribera del Volga, para salir adelante. De hecho el colegio no lo pisaría hasta tener 8 años, una vez acabada la guerra.

En 1961, Valentine solicita su ingreso en el Centro de Entrenamiento para Astronautas. Su experiencia en paracaidismo fue vital para esta prueba (teniendo en cuenta que las naves Vostok no tenían ningún tipo de dispositivo para aterrizar, era necesario que los astronautas fueran "despedidos" de la nave e hicieran el descenso en paracaidas) y finalmente fue seleccionada entre las más de cuatrocientas aspirantes al puesto, para realizar algún día, un viaje al espacio.

Su talento no tardó en hacerse notar en el Centro (era una mujer fuerte y decidida), por lo que fue elegida para participar en los vuelos de la serie Vostok, en compañía de Valeri Bikovski.

El proceso de selección fue de lo más peculiar. Los requisitos fundamentales para convertirse en mujer astronauta eran: mujeres jóvenes, menores de 30 años, con menos de 1.70 de estatura y menos de 70 kg de peso, "ideológicamente pura", no se requería experiencia como piloto (la nave Vostok era completamente automática y el astronauta podía ser considerado un mero pasajero), pero sí experiencia con paracaidas. De las 5 últimas clasificadas (Tatiana Kuznetsova, Irina Soloviova, Zhanna Yérkina, Valentina Ponomariova y nuestra protagonista), Tereshkova era la menos cualificada de las candidatas.

En noviembre de 1962 se eligen las dos candidatas finales: Ponomaryova y Tereshkova. Ahora solo quedaba elegir entre dos. ¿Qué cualidades destacarían para la selección final? Estaba claro. Ponomaryova no respondió con la "pureza del sentimiento comunista" que sí mostró Tereshkova (que afirmaba daría su vida por Komsomol y por el Partido Comunista). Por el contrario, Ponomaryova era más bien "políticamente incorrecta" para la época, ya que afirmaba sin tapujos que una mujer por fumar, por ejemplo, no dejaba de ser decente.

La decisión era sencilla. La astronauta menos avezada era sin embargo la más interesante de cara a hacer propaganda política. Tenía carisma, actitud, era una comunista declarada y una "buena chica"; los ideales a transmitir para la "nueva mujer soviética".

El 16 de junio de 1963 a las 9:29 UTC, el Vostok 6 despegó desde la base espacial de Baikonur con rumbo al espacio llevando consigo como tripulante a Valentina Tereshkova que a la edad de 26 años se convertiría en la primera mujer y el primer civil en viajar al espacio.

El viaje de Tereshkova duró exactamente 70 horas y 50 minutos, tiempo suficiente para dar 48 vueltas alrededor de la Tierra (lo que significa que vio un nuevo amanecer cada hora y media). Pero lo que transmitiría a la Tierra no sería precisamente la realidad de cómo pasó esos días de viaje en el espacio. Según ha desvelado la propia Tereshkova, la estancia en el espacio fue casi un infierno.

Para empezar, la órbita de la nave era incorrecta y se encontraba desviada 90 grados de la dirección planeada. Tras advertirlo a la central y corregir la órbita del programa al segundo día, Tereshkova respiró algo más tranquila, ya que esto habría provocado seguramente un retraso en su vuelta a la Tierra (de hecho podría no haber vuelto) como menor acontecimiento. Por otra parte, la comida que le suministraron no fue del todo acertada; el pan estaba excesivamente seco, así que no pudo comerlo, con lo que a las 70 horas de su travesía por el espacio, estaba tan hambrienta como un perro vagabundo. A esto hay que añadirle que desde el primer día comenzó a sentir calambres por la falta de movimiento y un dolor agudo en uno de sus hombros causado por la presión del anillo del casco espacial.

Por si esto no fuera poco, una vez fue expulsada de la cápsula espacial, se dio cuenta que la trayectoria la había llevado a un enorme y profundo lago (en la zona de Karaganda, Kazakhstan) que tendría que atravesar nadando. Exhausta, hambrienta y deshidratada, tuvo que armarse de valor y fe para no desfallecer en medio del lago. Un golpe de viento la lanzó al suelo, golpeándose la nariz contra el casco y provocándole un fuerte hematoma que tuvieron que disimular con grandes capas de maquillaje para su posterior aparición pública para anunciar el exitoso regreso de la primera mujer en el espacio. Unos avatares que se desconocían por aquel entonces y que no han sido desvelados hasta ahora.

Aunque estaban previstos más vuelos en los que participaran mujeres, pasaron 19 años hasta que otra mujer, Svetlana Savítskaya, viajara al espacio. Ninguna de las otras astronautas seleccionadas del grupo de Tereshkova viajó al espacio.

El 30 de abril de 1997 se retiró de la fuerza aérea y del cuerpo de astronautas. Y tras la muerte de su segundo marido, se retiró a una pequeña casa en el campo donde recibe las visitas de sus amigos, de su hija y de sus dos nietos Andrei y Aleksei y vive una vida apacible y tranquila.


A punto de abordar el Vostok 6.


Vostok 6


A bordo del Vostok 6.


Estampilla con la cara de Valentina Tereshkova.

Para informacion adicional dejo unos links:
http://www.ameliaearhart.com/
http://www.astronautix.com/astros/terhkova.htmhttp://www.erroreshistoricos.com/curiosidades-historicas/la-primera-vez-en-la-historia/1113-la-primera-mujer-piloto-raymonde-de-la-roche.html
http://www.ctie.monash.edu.au/hargrave/laroche.html

Tambien como dato interesante y para que la vean dejo el trailer de "Amelia" la pelicula:

http://www.youtube.com/watch?v=ioZCEpRLpxo

Un dato interesante es q su memoria no se ha olvidado ya que en la seguunda entrega de la pelicula "una noche en el museo" sale una interpretacion de Amelia Earhart.

http://www.youtube.com/watch?v=BdvpR8r2aGw

BERYL MARKHAM: WEST WITH THE NIGHT

(26 de octubre de 1902 - 3 de agosto de 1886)

Aviadora inglesa, aventurera y entrenadora de caballos de carrera. Durante los días de los pioneros de la aviación, se convirtió en la primera persona en realizar un viaje en solitario atravesando el Atlantico desde el este hasta el oeste. Actualmente es recordada por ser la autora de West with the Night.

En su infancia fue llevada a Kenya (en ese entonces conocida como British East Africa, a una granja en Njoro, donde desarrollo el amor hacia los caballos. Al convertirse en adulta, fue la primera mujer licenciada como entrenadora de caballos en Kenya.

Aún estando en una colonia conocida por sus excentricidades, fue llamada impetuosa y conocida como alguien no-conformista. .

Inspirada por Tom Campbell Black, con quien tuvo una relación, comenzó su carrera en la aviación. Trabajó algún tiempo como piloto de avioneta, detectando algunos animales de caza y dando su ubicación a los safaris en tierra.

Cuando Markham decidió cruzar el Atlantico, ningún piloto había volado sin paradas desde Europa hasta New York, y ninguna mujer había realizado un viaje hacia el oeste, sin haber muerto en el intento. Markham quería reclamar los dos records. En septiembre 4 de 1936 partió de Abingdon, Inglaterra. Después de 20 horas de vuelo su avión, The Messenger, sufrió una falta de combustible debido al congelamiento de sus tanques de combustible, debido a esto ella aterrizó fuertemente en Nova Scotia, Canadá (su vuelo fue casi idéntico al de Jill Mollison, a quien se le atribuye este record), aun habiendo caído a tan corta distancia de su meta, Markham se volvió la primera mujer en cruzar el Atlántico, en un viaje sin paradas, de este a oeste en solitario, y la primera persona en hacer una travesía desde Inglaterra hasta Norteamérica sin paradas. Fue celebrada como una pionera de la aviación.


Markham contó muchas de sus aventuras en su memoria, West with the Night, publicada en 1942. Debido a fuertes críticas, el libro tuvo una cantidad modesta de ventas y dejó de imprimirse. Después de vivir varios años en Estados Unidos, Markham volvió a Kenya en 1952, convirtiéndose en la más exitosa entrenadora de caballos del país.

Las memorias de Markham se mantuvieron el a oscuridad hasta 1982, cuando el restaurador californiano George Gutekunst leyó la colleción de cartas de Ernest Hemingway, en donde alababa la manera de escribir de Beryl Markham y de cierto modo, la criticaba también, escribiendo:


"Did you read Beryl Markham's book, West With The Night? ...She has written so well, and marvellously well, that I was completely ashamed of myself as a writer. I felt that I was simply a carpenter with words, picking up whatever was furnished on the job and nailing them together and sometimes making an okay pig pen. But this girl, who is to my knowledge very unpleasant and we might even say a high-grade bitch, can write rings around all of us who consider ourselves as writers ... it really is a bloody wonderful book."


Intrigado, Gutenkunst leyó West with the Night y quedó tan enamorado de la prosa de Markham que ayudó a persuadir a una empresa de publicaciones de California, para re imprimir el libro en 1983 El re-lanzamiento del libro marcó un capitulo final en la vida de Markham, de ochenta años, quien en sus tres últimos años fue tan reconocida como buena escritora y piloto. La re-publicación de su libro le dejo mucho dinero, permitiendole vivir comodamente, el libro se convirtió sorpresivamente en un bestseller, promocionado por el documental de 1986 sobre la vida de Markham, World Without Walls: Beryl Markham's African Memoir producida por Joan Saffa, Stephen Talbot y Judy Flannery .

Beryl Markham murió en Nairobi en 1986

Otros cuentos de Markham fueron recolectados en The Splendid Outcast. Uno de los cuentos de West with the Night fue adaptado e ilustrado por Don Brown como un libro de cuentos, The Good Lion.

.

En 1988 CBS realizó una miniserie biografica de Beryl Markham: A Shadow on the Sun.

Se concluyó que Markham era una autora solitaria, aunque su manuscrito fue editado. sin embargo, los creditos de sus obras son otorgados a Antoine de Saint Exupéry, otro de los amantes de Beryl, siendo la inspiración detrás del lenguaje claro y elegante de Markham

La Unión Astronómica Internacional ha nombrado un crater en Venus en su honor.


"M.A.MEDINA: 5O AÑOS CON LA AVIACIÓN"


Son las 16 h del sábado 12 de diciembre ‘98, estoy esperando que la tarde resuelva hacia el crepúsculo. Observo un cúmulo nimbus que se está armando al sur, pero seguramente va a esperar que termine el homenaje a María Angélica Medina, para luego dejar caer la lluvia. Sus amigos han sido convocados por ORFEA, la organización que ella misma ha creado hace 10 años con el objeto de concentrar mujeres que desempeñen actividades en el campo aerodeportivo. El Centro Universitario de Aviación, cedió las instalaciones para recibirnos.

Ambiente aeronáutico por demás apropiado para quien ha construido su vida en función de una pasión: Volar. María Angélica Medina está cumpliendo 50 años de actividad aeronáutica ininterrumpida, y si tiene oportunidad de cruzársela en algún momento, podrá apreciar que su intención es la de avanzar otros 50 más. Carácter le sobra, voluntad férrea para alcanzar los objetivos también. Personalidad que trae desde sus inicios y que ha forjado, en un mundo de complicaciones y dificultades que a veces se empecina en querer detener sus pasos. Pero sabrán que María, -si ustedes la conocen- es in-de-te-ni-ble...

Escrito por Silvia Sorensen

CAROLA LONRENZINI: LA FUERZA "AÉREA"

(en verdad, Carolina Elena Lorenzini)

Obtuvo en 1933 su licencia de piloto de Aviador Civil, en el ‘35 batió el record de altura (más de 5300 metros, sin oxígeno auxiliar); en 1940 unió en un raid aeronáutico las (entonces) catorce provincias argentinas.

Fue la tapa de una reconocida revista de deportes argentina, llamada "El Gráfico". Famosa por su destreza para el looping invertido –una acrobacia extrema a la que sólo se le animaba otro aviador, su maestro Santiago Germanó– Lorenzini abrió caminos para todas las mujeres que aspiraban al vértigo y a la altura. Dos de sus sucesoras inmediatas fueron María Angélica Medina (10 mil horas de vuelo) y Luisa Quiroga (45 años de experiencia como piloto), ambas miembros activos de la Organización Femenina de Aeronavegantes (Orfea).

Carola nacio el 15 de agosto de 1899 en Empalme San Vicente (un paraje que hoy es la ciudad llamada Alejandro Korn), partido de San Vicente, provincia de Buenos Aires; era hija de Jose Lorenzini y Luisa Piana, septima entre ocho hermanos.

Carola Lorenzini fue una gran deportista y practicó equitacion, remo, atletismo, salto, jabalina y hockey. En 1925 fue campeona de atletismo y fue una de las primeras mujeres en manejar un auto por las calles de San Vicente.
Trabajó como dactilógrafa y en 1931 la aceptaron en el Aero Club Argentino de Morón.
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Carolina E. Lorenzini fue aviadora en la década de 1930, y decir eso de una mujer en esa época es mucho, y con eso alcanzaría para considerarla un personaje singular, pero su biografía insiste en subrayar lo excepcional de su figura. En el caso de Lorenzini, la aviación no fue un pasatiempo excéntrico sino una conquista en un terreno netamente habitado por hombres. Pero fue la mejor, y la única que junto a Santiago Germanó, su maestro, ostentaba el privilegio de ejecutar en el aire una prueba de acrobacia de alto riesgo: el looping invertido, una suerte de vuelta que deja al piloto literalmente con las patas para arriba y con muchas posibilidades de cortar flores con la boca, y hasta le permite -increíblemente- recoger pañuelos y sombreros debidamente ubicados en pistas de aterrizaje. O –como fue su caso, en el final de su carrera– le permitió matarse.

En 1933, el Aero Club Argentino le entregó a Carola Lorenzini su carnet de Piloto Aviador Civil. Para llegar a obtenerlo, ella había repartido su tiempo trabajando en la Compañía Unión Telefónica y dirigiendo a las autoridades incesantes pedidos para ingresar al curso de pilotaje. Pudo por fin juntar el dinero suficiente y tomar las clases en un avión Fleet Nº 51. Pero fue su puesto en la telefónica el que le impidió escoltar la llegada del Graf Zeppelin.
Una respuesta a una lectora, aparecida el 2 de julio de 1934 en la sección cartas del diario El Mundo, resume el percance de manera inmejorable. La respuesta del diario, dirigida a una empleada insatisfecha que protestaba, le recomienda que “no se queje de las imposiciones que le acarrea su empleo y piense que todo pasa
.
Y luego trae a colación el ejemplo de Lorenzini: “El día de la llegada del Graf Zeppelin, una aviadora argentina, la señorita Lorenzini, estaba designada por el Aero Club Argentino para efectuar el vuelo de homenaje a la nave aérea. Sin embargo, su jefe inmediato no le otorgó el permiso que le solicitó para faltar a sus horas de oficina, es decir, el sábado 30 de 9 a 12. Así, la simpática aviadora tuvo que quedarse en su puesto de burócrata y renunciar a las alas por un día. Cualquier mujer hubiera tenido por lo menos una pataleta, pero ella sonrió y trabajó con todo su aplomo. ”.

Está claro que la Lorenzini no era cualquier mujer, aunque su excepcionalidad tiene menos que ver con su acatamiento al jefe que con sus notables marcas.

El 4 de noviembre de 1933 recibió el brevet de piloto de aviador civil internacional nº 436, y más tarde fue la primera mujer que obtuvo el título de instructor de vuelo en América del Sur.

Luego se dejó cautivar por la alta acrobacia mediante las piruetas que daba en el aire quien sería su maestro y compañero de dúo, Santiago Germano. Juntos dieron espectáculos en la Argentina y participaron de competencias en Uruguay y Brasil. Carola utilizaba para sus vuelos de acrobacia un Focke Wulf FW44 Stieglitz.
El 31 de marzo de 1935 logró el récord sudamericano femenino de altura con 5381 metros al mando de un avión de producción nacional Aé C3 (el tercer aparato para uso civil producido en el país); vale señalar que logró esta marca sin máscara y con un avión con cabina abierta.
El 13 de noviembre de 1935 fue la primera mujer en cruzar el Río de la Plata en solitario, con su avión Fleet 51; pese a que falló el altímetro y a que Carola tuvo que apelar a su intuición para sortear la bruma, logró llegar a los terrenos cercanos a Carmelo, donde aterrizó.
En 1938 ya estaba gestando el proyecto del raid aeronáutico para unir las 14 provincias cosa que haría en 1940. Las anotaciones y trazados que hizo para ese viaje fueron de gran utilidad para los mapas del correo: los aviones no tenían instrumental, y el piloto debía realizar un reconocimiento visual permanente para seguir la ruta aérea. Tampoco tenían altímetro, y el combustible se verificaba en pleno vuelo, golpeando el tanque y aventurando por el sonido del golpe qué tanto quedaba.
Así volaba la mujer que despertaba la pasión del pueblo. Lorenzini visitó todos y cada uno de los pueblos del interior con su Focker Wulf, y su arribo a los campos convocaba a miles de personas. Tanto es así que aterrizaba muy lejos del lugar pautado para la visita, de modo que la hélice del avión no lastimara a nadie de los que se lanzaban a saludarla. El trayecto hasta la multitud lo hacía a caballo; porque –como corresponde al personaje– Lorenzini, además, era una excelente domadora de caballos y atleta en variadas disciplinas.
En 1939 la echaron de la telefónica por sus reiteradas faltas, y seguramente dejó de ser un ejemplo para las empleadas-lectoras del diario El Mundo, aunque la revista Vosotras la destacó como una de las ocho mujeres del año. Y en 1940, cuando consumó el raid de las catorce provincias, se ganó nada menos que la tapa de la revista El Gráfico.
En 1941 logro su licencia para servicio publico comercial.

El parecido de las ambiciones de Carola Lorenzini con Beryl Markham –la aviadora inglesa que en 1936 cruzó el Atlántico en solitario – y con muchas otras grandes aviadoras es sorprendente. Las unía esa pasión del avión como un mundo en “el que el piloto es el único habitante”, según palabras de Markham.

Todos los proyectos que una muerte accidental le impidió realizar a la argentina fueron llevados a cabo por la inglesa Markham.
Las dos historias de vida enfatizan la capacidad física y el riesgo; el escenario de Markham fue Africa mientras que Carola Lorenzini trajinó la llanura pampeana.

Un solo elemento brilla por su ausencia en la vida de la aviadora inglesa y se verifica en la de Carola Lorenzini, alimentando el culto nacional de la santificación: cuando Lorenzini llegaba a un pueblo, entre la muchedumbre que salía a recibirla había numerosos enfermos y dolientes, que creían que el viaje de la aviadora bastaría para curarlos.

Carola Lorenzini se mató el 23 de noviembre de 1941, haciendo una exhibición en la base de Morón. La visita de un grupo de aviadoras uruguayas al país fue el pretexto para que la invitaran a realizar su famoso looping invertido, pero la relación de Lorenzini con las autoridades que patrocinaban el evento era pésima: hacía un año que estaba suspendida, y los motivos parecen ser una fuerte discusión que mantuvo con la Aviación Militar por la falta de provisión de nafta para sus vuelos.
En medio de esa tensión, muy enojada, Lorenzini se lanzó a la acrobacia con un avión que no era el suyo y sin tomar las medidas de seguridad necesarias. Un error de cálculo y su cuerpo fue a incrustarse en el suelo, cavando la fosa en la que yacerían parte de sus restos.
Su entierro fue multitudinario.


WINGS AND THE WOMAN: UNA PELÍCULA BASADA EN LA VIDA DE AMY JOHNSON

La película producida y dirigida por Herbert Wilcox
Protagonizada por Anna Neagle y Robert Newton

Trailer aqui


(o también conocida como THEY FLEW ALONE)
1941-1942